Articulos publicados sobre Pueblos Indigenas en Frontera en el marco de la Pandemia. Boletines Sistema de Monitoreo Territorial (SMT)- ONIC Información para proteger la Vida y los territorios

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Pueblos Indígenas en frontera. 27 de Marzo
(Boletin 001 https://www.onic.org.co/boletines-osv/3708-primera-entrega-situacion-de-riesgo-de-la-pandemia-en-pueblos-indigenas-de-colombia)

“Son en estos momentos críticos donde los gobiernos de Ecuador y Colombia dejan bajo nuestra responsabilidad el control y cuidado de nuestros Resguardos y Centros supuestamente, “dejándonos actuar bajo nuestros usos y costumbres propias”, cuando no nos encontramos en la capacidad de manejar esta situación por la falta de información, pues hasta ahora no hemos recibido indicaciones o recomendaciones de cómo debemos actuar en nuestros territorios geográficamente ubicados a grandes
distancias de las cabeceras parroquiales, cantonales, veredales en el caso de presentarse personas contagiadas con este virus, teniendo en cuenta que nuestras zonas, tienen fronteras vivas donde vienen transitando personas sin ningún tipo de cuidado o protección.” Pronunciamiento Público a la Comunidad Internacional Gran Familia Awa, Ibarra, 25 de Marzo de 2020

Los pueblos transfronterizos, pueblos binacionales requieren de un análisis y seguimiento particular dados los altos riesgos que suman las fronteras vivas, como lo menciona el Pronunciamiento público de la Gran Familia Awá, de fecha 25 de marzo de 2020. Presentamos un balance general de los hallazgos hechos, de acuerdo a los reportes en páginas oficiales de los países vecinos: Ecuador, Perú, Brasil, Panamá y Venezuela en diálogo con los pronunciamientos y el monitoreo hecho con las comunidades.

En las fronteras de la Nación Colombiana, a corte de lunes 23 de Marzo, se encontraron 60 casos de la epidemia, de los cuales es preciso resaltar 31 casos en la provincia de Amazonas de Brasil, 31 de ellos en la ciudad de Manaos. En este espacio transfronterizo hay que resaltar la denuncia sobre un brote de gripe en Mirití-Paraná, reportado en el comunicado por las Asociaciones de Autoridades Tradicionales Indígenas - AATIS de la Amazonía.

En el espacio fronterizo con Venezuela, se registran 4 casos en los estados de Apure, Táchira y Zulia, mientras del lado Colombiano hay 14 casos registrados en Cúcuta y 1 en Villa del Rosario. El
miércoles 25 de marzo de 2020, se conocieron dos casos de contagio por el virus identificado como COVID-19, de miembros del Pueblo Indígena binacional Yukpa, quienes se encuentran desplazados en la ciudad de Cúcuta (Norte de Santander), específicamente en el barrio El Escobal. El Instituto
Departamental de Salud -IDS- y la Policía Nacional han dado un tratamiento inadecuado al caso, y se han vulnerado los derechos de la comunidad compuesta por 250 personas, ya que fueron encerrados con vallas, generando estigmatización, discriminación, racismo y posibles hechos de violencia contra esta población indígena, quienes han sufrido diferentes afectaciones a sus derechos fundamentales como sujetos colectivos de derechos, tanto por agentes y/o funcionarios del Estado, como por parte de grupos armados legales e ilegales. Actualmente se continúa haciendo seguimiento a la situación por parte de autoridades competentes y por la ONIC.

Sobre este caso puntual, exigimos al Gobierno Nacional colombiano y a los entes territoriales -Alcaldía de Cúcuta y Departamento de Norte de Santander- garantizar plenamente los derechos de la comunidad del Pueblo Yukpa desplazado y asentado en condiciones infrahumanas en Cúcuta, mediante la atención y proporción de condiciones requeridas para la contención de la propagación del virus en esta comunidad, respetando la dignidad humana.

En esta frontera, el pueblo Barí, ha denunciado el desabastecimiento de alimentos no perecederos, medicamentos, implementos de higiene y aseo y demás artículos necesarios exigiendo a la Gobernación del departamento que atienda con urgencia las peticiones. Se señala particularmente que todas las comunidades Barí se encuentran incomunicadas pues los contratos con el Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicaciones para la operación de los Kioscos Vive Digital se han terminado.
En la provincia de Loreto, en Perú, se registraron 16 casos de la epidemia en una amplia zona de frontera con los departamentos de Amazonas y Putumayo que a la fecha de este Boletín 001 no tienen casos registrados.

En la comarca Guna Yala frontera con Panamá, el día 25 de Marzo se estableció un cerco sanitario extremo en la comunidad Asuudub; hay que anotar que en la parte colombiana no hay casos registrados en el departamento del Chocó. Sin embargo, la delicada situación de conflicto armado en este departamento obliga a la institucionalidad a colocar especial atención para garantizar las condiciones humanitarias de la población en general de cara a la cuarentena decretada por el Gobierno Nacional.

Monitoreo especial. Pueblos indígenas ubicados en la frontera con Ecuador en riesgo ante tendencia temporal de expansión del virus. 30 de Marzo
(Boletin 4 https://www.onic.org.co/boletines-osv/3735-boletin-004-sistema-de-monitoreo-territorial-smt-onic-informacion-para-proteger-la-vida-y-los-territorios).

Por las características y condiciones expuestas sobre el dinamismo en la amplia frontera que se comparte con Ecuador, así como el patrón de expansión del virus que se ha estudiado, se ha hecho necesario diagnosticar la situación por lo menos en las provincias colindantes e incluir de manera paulatina esta información en el análisis espacial.

La situación con respecto a la pandemia en el vecino país de Ecuador se ha complejizado los últimos días, reportando a la fecha de 29 de marzo un total de 1924 casos positivos, de los cuales 38, se encuentran en las provincias limítrofes con Colombia: Esmeralda (7), Carchi (6) y Sucumbíos (25). Para el departamento del Putumayo en la Provincia de Sucumbíos, se reporta el mayor número de casos: 3 en Cuyabeno y 22 en Lago Agrio a tan sólo 17 kilómetros de la frontera en los puntos General Farfán y Puerto Colón.
Para las provincias Ecuatorianas que limitan con el departamento de Nariño, los casos más cercanos reportados se encuentran en Tulcán (3), Mira (1), Montúfar (1) y San Pedro de Huaca (1) en la provincia de Carchi y Esmeraldas (1) en la provincia de Esmeraldas.
En el departamento de Nariño, al suroccidente Colombiano, actualmente habitan 206.455 personas indígenas pertenecientes a los pueblos y naciones Awá (39.005 personas), Inga (2.187), Quillacinga (5.690), Pastos (155.214), Kofán (217) y Eperara Siapidaara (2.137), según el censo DANE 2018; y se encuentran 82 resguardos indígenas ubicados en 22 municipios. Frente a la emergencia de salud que vive nuestro país y el mundo entero, a causa de la pandemia, los pueblos indígenas cuyos territorios ancestrales se ubican en la frontera están en riesgo inminente, dado que en el vecino país de Ecuador el virus se ha expandido de forma exponencial en la población.

Entre los pueblos más amenazados por el virus se tiene a Los Pastos, pueblo de carácter binacional, que habita en las provincias del Carchi, el Chota y Montúfar, en Ecuador y del lado colombiano, en la zona andina, específicamente en los municipios de Aldana, Córdoba, Cuaspud, Cumbal, Funes, Guachucal, Iles, Ipiales, Contadero, Mallama, Potosí, Santa Cruz y Túquerres principalmente. Mantienen una migración constante y relaciones sociales, económicas, culturales y políticas; con el fin de unir y recomponer su pueblo, han construido el Plan Binacional para el Fortalecimiento Cultural, Natural y Ambiental del Nudo de los Pastos, como apuesta de construcción social de región y de iniciativa propia de las comunidades indígenas, en el que haciendo uso y aplicación de sus principios, valores y prácticas ancestrales, se proponen promover un plan de vida para el fortalecimiento de la cultura, la conservación, aprovechamiento y uso sostenible de los bienes naturales comunes en sus territorios indígenas[1].
Hoy, la amenaza del virus vuelve a dividir al pueblo de Los Pastos, ya que en la cabecera municipal de Ipiales, caracterizada por ser una área metropolitana fronteriza se identificó el primer caso de contagio y otro en la capital nariñense (Pasto). A pesar que, como medida de contención, el Gobierno Colombiano cerró la frontera que comunica con Tulcán y todo el Ecuador, a lo cual se suman los esfuerzos de los gobiernos municipales de esta zona y que se han puesto en marcha estrategias de contención, los migrantes provenientes del vecino país, que inclusive pertenecen al pueblo de Los Pastos, no han dejado de cruzar la frontera, por trochas y caminos que se encuentran en los municipios de Ipiales y Cumbal.
Las autoridades indígenas en ejercicio del gobierno propio, también han adoptado medidas como el cierre de la frontera que comunica a sus resguardos, aplicando usos, costumbres y las normas propias para los comuneros que desacatan el aislamiento - cuarentena. Los cuatro Cabildos de los resguardos de Cumbal, Panán, Chiles y Mayasquer, tomaron estrictas medidas en el marco de su Derecho Propio tales como la suspensión de eventos de carácter público o privado, deportivos, recreativos, religiosos y políticos; el cierre de establecimientos de esparcimiento (bares, discotecas, entre otros); la suspensión del ingreso a zonas turísticas; la prohibición del expendio de bebidas embriagantes; la implementación de medidas higiénicas para establecimientos comerciales; el aislamiento en cuarentena a personas y comuneros que han llegado a sus resguardos provenientes de otras ciudades; la suspensión del transporte público y privado en sus territorios, así como disponer y ordenar a la guardia indígena la vigilancia y control territorial y la aplicación de usos y costumbres a quienes desacatan las medidas[2]. En el mismo sentido, han venido actuando los Cabildos de Carlosama, Guachucal, Muellamues, Colimba, Ipiales, Aldana y Males en el ejercicio de su autonomía. La difícil situación se empieza a vivir en la frontera por la escasez de alimentos perecederos y la nula comercialización de la leche producida en la zona de Cumbal y Guachucal, de la cual deriva el sustento económico un gran porcentaje de las familias indígenas.

Sin embargo, todas estas medidas no parecen suficientes. En carta enviada por el Gobernador de Nariño Jhon Rojas Cabrera al Presidente Iván Duque, de fecha 30 de marzo, solicita prestar atención a la situación en el departamento y la región limítrofe con Ecuador, y aumentar los controles en la frontera, incrementar significativamente el pie de la fuerza pública en Nariño y Putumayo, disponer de Equipos de Reacción Inmediata (ERI), dotar al departamento de muestras para la detección del virus, así como de todos los equipos e insumos necesarios de laboratorio, personal médico y de la salud, y de todos los instrumentos que posibiliten la ampliación del número de camas hospitalarias, entre otras solicitudes[3].

Similar situación se registra en el departamento de Putumayo, donde habitan comunidades Indígenas de los pueblos Inga (12.503 habitantes), Kofán (1.404), Kamentsá (7.019), Pastos (6.136), Murui (3.609), Kichwa (2.493), Siona (2.091), Coreguaje (478), Awá (5.164), Nasa (4.506), Quillacinga (1.391) y Embera Chamí (1.097) principalmente, con una población indígena total de 54.954 personas. Geográficamente se localizan en la vertiente oriental de la zona andina donde nacen los ríos Putumayo y Caquetá, afluentes del Río Amazonas y parte de la Cuenca Amazónica; esta ubicación particular, el tránsito e intercambio permanente entre la montaña y el piedemonte selvático, así como la larga zona que se comparte con Ecuador a través del río Putumayo y sitios de paso, impregnan de características muy dinámicas a estos pueblos y a la zona transfronteriza en la que habitan.

Desde el Territorio Ancestral de los pueblos Inga y Kamentsá, la guardia indígena ha hecho un llamado a la comunidad -indígenas, campesinos y colonos-, a cumplir con las medidas de aislamiento y reducción de la movilidad, ya que reportan un alto movimiento de personas por trochas y veredas, tanto las que trabajan a diario en la zona rural, como de la parte Ecuatoriana y zona de Nariño que buscan ingresar al Putumayo. Al cierre de este boletín, se reportan guardias del Pueblo Inga y Kamentsá de Sibundoy y San Francisco ejerciendo control territorial en la vía, mientras se tramitan acciones conjuntas entre autoridades espirituales y locales para que el ente municipal apoye en las acciones de control de vías principales y pasos veredales.

Monitoreo Especial: La frontera con Panamá y la zona del Urabá antioqueño y chocoano, en riesgo. Abril 6
(Boletin 8 https://www.onic.org.co/boletines-osv/3755-boletin-008-sistema-de-monitoreo-territorial-smt-onic-informacion-para-proteger-la-vida-y-los-territorios )

Una población indígena de 37.628 personas que se distribuye entre Emberá -Katío-Eyábida, Chamí, Dóbida- con 24.854 personas; Zenú 8.914 personas y GunaDule - Tule - Cuna 1.700 personas, están ubicadas en el departamento de Antioquia, no obstante, teniendo en cuenta que como pueblos y naciones indígenas su territorialidad ancestral desborda los límites departamentales, es preciso para el análisis de riesgo ampliar el ámbito territorial hacia la frontera con Panamá, así como hacia el departamento del Chocó.

Esta población indígena se encuentran en una región estratégica. Por la salida a los mares (Pacífico y Caribe) sobre sus territorios se proyecta un corredor potencial para la economía con macroproyectos de alto impacto como el Canal Interoceánico Atrato-Truandó, Ferrocarril eléctrico Urabá-Cupica, entre otros y se desenvuelve una disputa territorial por el tráfico de personas, drogas y armas por parte de los grupos armados al margen de la ley. En numerosas ocasiones la acción de estos grupos ha generado desplazamiento masivos, situaciones que profundizan los factores de vulnerabilidad de las comunidades indígenas frente a la pandemia.

Hay también una fuerte actividad turística sobre esta región, en relación con la cual el Resguardo Indígena Caimán Nuevo, ubicado entre Necoclí y Turbo emitieron un comunicado el día 30 de marzo pasado en el que definieron las medidas para restringir el ingreso de personal externo a las comunidades y las ventas ambulantes, animando a la comunidad a Volver al Origen: “No son tiempos malos son tiempos para amarnos, tiempos para sentir nuestro origen, tiempos para pedir perdón a la Madre Tierra”.

Siendo algunos de estos pueblos transfronterizos, para la implementación de las medias de contención es necesario informar que en las provincias de Panamá, limítrofes con Colombia, a 31 de marzo se reportan 8 casos, así: 1 en el Corregimiento Lajas Blancas en la Comarca Emberá que se encuentra en aislamiento domiciliario y 7 en la Provincia Kuna Yala.

En Antioquia, según el censo DANE hay 58 resguardos indígenas ubicados en 25 de los 125 municipios, entre otros, en Dabeiba, Frontino, Turbo, Chigorodó, Mutatá, Medellín, Zaragoza, Murindó, Urrao, Cáceres, Necoclí, Jardín, Caucasia, Arboletes, Vigía del Fuerte, El Bagre y Apartadó.

Según el Instituto Nacional de Salud (INS), a corte del 5 de abril de 2020, en el departamento se han registrado 172 casos positivos de contagio del virus, de los cuales 110 casos se encuentran en Medellín, ciudad en la cual hay una población de 2.035 personas indígenas; 12 casos se registran en Envigado, 10 en Bello donde se encuentra una población indígena de 303 personas, 10 en Itagüí donde habitan 319 personas indígenas, 8 casos en el municipio de Rionegro, 4 en el municipio de Sabaneta, 2 en Santa Rosa de Osos, 3 en el municipio de Apartadó, 2 en Guarne, 3 en Montebello, y un (1) caso en cada uno de los siguientes municipios: Barbosa, Cocorná, Don Matías, El Retiro, Frontino, Guatapé, La Estrella y San Antonio de Prado.

De acuerdo al riesgo por cercanía a centros poblados, se proyecta que cerca de 7.605 personas indígenas, ubicadas principalmente en los municipios de Frontino, Medellín, Apartadó y Bello, están en alto riesgo.

Ante esta situación, las autoridades indígenas de la OIA-Organización Indígena de Antioquia, emitieron circular interinstitucional en torno a la contención y mitigación del virus, la cual orienta a sus comunidades indígenas, instituciones, autoridades tradicionales, guardia indígena y gobernadores mayores sobre las medidas de prevención, contención y mitigación, entre las cuales están el aislamiento en los territorios ancestrales, al auto cuidado individual, el uso de elementos de bioseguridad si presenta síntomas asociados como fiebre o tos; restringe el ingreso de personas ajenas a sus territorios ancestrales y cancela el desarrollo de actividades comunitarias[5]. En términos de salud, se definen en el plan “Directrices y plan de contingencia, para prevención de infección, autocuidado, control y atención, ante la posibilidad de introducción de covid19 en las comunidades indígenas de Antioquia”, que busca implementar las estrategias y medidas de prevención, control y atención de casos.

Sin embargo, a pesar de los esfuerzos que se realizan para contener el virus en los territorios indígenas de Antioquia, días después el Consejo de Gobierno Mayor de la OIA considera que no son suficientes y así lo expresan en el comunicado público Atención oportuna, un llamado de las Organizaciones étnicas del país, ante el Covid-19 en Colombia de 31 de marzo pasado, en el cual respaldan la solicitud elevada al Presidente de la República, por parte de la Comisión Étnica para la Paz y la Defensa de los Derechos Territoriales para la atención oportuna a las comunidades étnicas del país ante la grave emergencia sanitaria e instan a la “coordinación de acciones conjuntas entre los gobiernos y las autoridades indígenas y la implementación de un Sistema de Vigilancia Epidemiológica étnico de la pandemia, que permita la realización de pruebas del virus”. El propósito esencial es evitar la “muerte masiva de indígenas”.

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A este panorama, se suma el conflicto armado que intensifica el riesgo, especialmente, en los municipios de Frontino, Murindó y Dabeiba donde desde el mes de agosto de 2019 se han presentado hechos victimizantes como asesinatos, muertes por minas antipersona y confinamiento de la población, a causa del recrudecimiento de la guerra, la presencia y enfrentamientos de actores armados ilegales, lo cual imposibilita las actividades comunitarias y familiares como la caza y pesca.

Caso: Los pueblos indígenas de Leticia y Puerto Nariño en el Amazonas, atentos por la presencia del virus en Tabatinga, frontera con Brasil y Perú. Abril 10
(Boletin 12 https://www.onic.org.co/boletines-osv/3771-boletin-012-sistema-de-monitoreo-territorial-smt-onic-informacion-para-proteger-la-vida-y-los-territorios )

En el departamento del Amazonas, en los municipios de Leticia y Puerto Nariño, en la frontera con Brasil y Perú habitan los pueblos indígenas y naciones indígenas Muinane, Cocama, Kaguiyari, Murui, Yagua, Bora, Yukuna, Miraña, Ocaina, Matapi, Nonuya, Tanimuka, Cubero, Inga y Tikuna, este último de carácter transfronterizo, que suman de conjunto una población indígena de 25.463 habitantes en los dos municipios (DANE, 2018), organizados en 16 resguardos y 98 comunidades (59 en Leticia y 38 en Puerto Nariño) que confluyen en las organizaciones indígenas como la Asociación de Autoridades Indígenas Ticunas, Cocamas y Yaguas - ATICOYA, Asociación de Cabildos Indígenas del Trapecio Amazónico - ACITAM y la Asociación Zonal del Consejo de Autoridades Indígenas de Tradición Autóctono – AZCAITA.

La frontera colombiana limita al este con Brasil y al sur y sureste con el Perú; la porción meridional del departamento, al sur del río Putumayo, se denomina "Trapecio Amazónico", donde se encuentra gran parte de las comunidades indígenas, el cual incluye la triple frontera de Colombia, Perú y Brasil y el acceso colombiano al río Amazonas, donde se ubica Leticia, la capital. Las comunidades viven de la extracción de maderas, la pesca, la agricultura y el turismo, ya que en los últimos años se ha convertido en un importante centro turístico nacional e internacional por la exhuberancia de sus paisajes y la riqueza de su fauna y flora. Leticia tiene una conexión estratégica con Brasil, en la frontera está Tabatinga así como Manaos y por el lado de Perú, la conexión es con Iquitos.

Los pueblos indígenas del Trapecio Amazónico se encontraban vigilantes desde principios de abril, ante la confirmación de 131 casos en Iquitos y ahora se elevan las alarmas dado que el Gobierno de Brasil acaba de confirmar el primer caso de contagio en Tabatinga, ubicada a escasos 3,6 kilómetros de Leticia (11 minutos), por vía terrestre.

A pesar que el gobierno había ordenado el cierre de fronteras, allí siguen desarrollándose las actividades de intercambio y movimiento entre las comunidades y demás ciudadanos. Una frontera es sobretodo un lugar de muy alta interacción social, para el caso de la CUENCA AMAZÓNICA el río y sus afluentes constituyen las principales vías que comunican a los pueblos originarios y en esa dirección, es importante fortalecer los ejercicios de gobierno propio al tiempo que se proyecta la relación de solidaridad y hermandad entre estos pueblos que se encuentran amenazados por los diferentes gobiernos e intereses transnacionales, que impulsan megaproyectos extractivistas, hacen caso omiso de la deforestación de grandes extensiones de la selva y promueven la apropiación indebida de recursos biológicos y genéticos.

Las Asociaciones de Autoridades Tradicionales indígenas del Amazonas-ATTIS promulgaron el 23 de marzo, un comunicado público orientando la toma de medidas de prevención, contención y mitigación en las comunidades indígenas del departamento del Amazonas tales como: prohibir el ingreso de personal ajeno a sus territorios vía fluvial y terrestre; sacar de los territorios indígenas a personas ajenas; tomar controles y medidas para la salida de comuneros indígenas; prohibir las aglomeraciones de personas y cancelar eventos de carácter colectivo; fortalecer las actividades de la medicina tradicional para la prevención, protección y curación de la humanidad desde el conocimiento propio.

Así mismo, las AATIS solicitaron a las entidades territoriales y nacionales acompañar y respaldar estas decisiones tomadas en el marco del Derecho Propio; dotar de manera inmediata a las comunidades con medicamentos de primeros auxilios y elementos de bioseguridad en todos los territorios, y especialmente en las áreas no municipalizadas, que en razón a sus características geográficas tienen mayor dificultad de acceso; garantizar el suministro de alimentos y el traslado aéreo inmediato a los territorios a comuneros indígenas que se encuentren en la ciudad de Leticia, así mismo reclaman garantías de subsidio alimentario y estadía a estudiantes indígenas que se encuentran en las cabeceras de las áreas no municipalizadas; manifestando que las decisiones del Gobierno Nacional o entes territoriales deben ser consultadas con las autoridades indígenas de acuerdo a sus particularidades, estableciendo un canal de comunicación; y garantías para las medidas de aislamiento en sus territorios[8].

En este orden de ideas, la Asociación de Cabildos Indígenas del Trapecio Amazónico – ACITAM también emitió la circular 002 que adicionalmente orienta a sus comunidades hacia el autocuidado, y la protección a niños y adultos mayores; salir a consulta médica solo si la enfermedad es de gravedad e informar a las autoridades competentes de algunos casos sospechoso del virus[9].

Es importante tener presente que las comunidades indígenas de esta región no tienen posibilidades de acudir a los centros de salud de las cabeceras municipales o departamentales al encontrarse en territorios selváticos de difícil acceso y no contar con medios de transporte ni recursos para los combustibles a la hora del traslado de pacientes. Por lo anterior, solicitan de manera urgente que los puestos de salud de las áreas no municipalizadas sean dotados con medicamentos e implementos suficientes y necesarios para atender esta situación, y la entrega de elementos de prevención básica como tapabocas y equipos de comunicaciones que permitan hacer efectivas las acciones de contención.

Algunas medidas específicas que adoptaron las organizaciones fueron, en el caso del Consejo Regional Indígena del Medio Amazonas (CRIMA) limitar el desplazamiento de familias de una comunidad a otra, y animarlas a permanecer en sus casas o malocas , con el fin de reducir la exposición al riesgo de contagio. Desde el 16 de marzo suspendieron las clases de las Instituciones Educativas y resaltaron que los niños y jóvenes deberán permanecer en sus hogares. Frente a las personas que presenten síntomas, deberán restringir su contacto con el resto de la comunidad. Así mismo los líderes, promotores de salud y médicos tradicionales de cada comunidad tiene que organizar grupos de vigilancia con el fin de identificar posibles casos. De identificarse algún posible caso, será inmediatamente informados a las autoridades, con el fin de dar traslado a las personas al centro de salud de Puerto Santander, no obstante prohibieron las aglomeraciones en este centro de salud así como en el de Araracuara , recomendando que asista únicamente la persona que será atendida, restringiendo las visitas a pacientes hospitalizados. Finalmente, orientaron prestar especial y mayor atención y cuidados a las personas mayores de 70 años.

Por su parte, el Consejo Indígena del Territorio del Mirití Paraná Amazonas CITMA, emitió una alerta frente a un brote de gripe masiva que atraviesan y solicitaron atención inmediata en las comunidades en este resguardo. Resaltan también que el virus es una enfermedad del mundo no Indígena que puede llegar a afectarlos y de la cual se desconoce el tratamiento desde la medicina occidental.

Los pueblos reunidos en ATICOYA comparten fronteras tanto terrestres como fluviales con Brasil y Perú, fronteras que fueron impuestas por los Estados republicanos y no definen las formas de vida y relacionamiento de los Pueblos Indígenas que allí perviven. Sin embargo, ante la situación actual y teniendo en cuenta lo anteriormente mencionado sobre el caso en Tabatinga, las autoridades de ATICOYA han decidido hacer un mayor control territorial, fortaleciendo la pedagogía que ya se estaba implementando en los territorios para que los comuneros se resguarden en sus comunidades y atienden todas las medidas de salubridad y autocuidado.

Este ejercicio de control territorial está en cabeza de la Guardia Indígena que tiene dos puntos de control ubicados uno en la Bocana, en la cabecera municipal de Puerto Nariño, y el otro en uno de los caños donde habitan 9 comunidades. Lo anterior se da como respuesta al riesgo que representa la interacción trifronteriza para estos Pueblos y al flujo de personas que las autoridades reportan a la fecha que se ha incrementado debido al cierre de la frontera terrestre entre Tabatinga y Leticia (que se realizó hasta el día miércoles 8 de abril) y que ha provocado que los pobladores busquen las vías fluviales que, debido a la creciente de los Ríos y a la amplitud de las mismas, no logran ser controladas de manera eficaz por las autoridades ni la fuerza pública que hace presencia en estas zonas, como es el caso del Río Guayaguazú.

La denuncia allegada con los reportes al SMT es que los aproximadamente 300 Guardias Indígenas no han podido realizar sus labores con las mínimas garantías de bioseguridad, por lo que requieren con urgencia insumos sanitarios, de primeros auxilios y medicamentos para prevenir alguna contingencia, así como garantías para transportar este tipo de ayudas a todas las comunidades vía fluvial y de manera coordinada con las Autoridades y la Guardia.

Ahora bien, frente a la falta de control por parte del Gobierno en las fronteras, se solicita mayor presencia con el fin de mitigar el riesgo controlando el flujo de personas y mercancías.

Otra de las grandes preocupaciones de las Autoridades Indígenas, es la falta de un plan de contingencia por parte de la Gobernación del Amazonas. El puesto de salud de Puerto Nariño cuenta con tan sólo una cama, ninguna UCI, no hay ambulancia ni vehículo fluvial que pueda atender la emergencia, tampoco hay elementos mínimos para los profesionales de la salud quienes han denunciado que no cuentan con tapabocas de alta eficiencia. Demandan del gobierno nacional y departamental pruebas de diagnóstico rápidas, equipos de bioquímica sanguínea, camas de hospitalización, entre otras. La capital del departamento, Leticia, tampoco cuenta con UCI ni con una infraestructura hospitalaria con capacidades suficientes para atender la pandemia.

 

Alerta Amazonas 20 de abril
(Boletin 16 https://www.onic.org.co/boletines-osv/3793-boletin-016-sistema-de-monitoreo-territorial-smt-onic-informacion-para-proteger-la-vida-y-los-territorios )

Los pueblos indígenas de la Amazonía Colombiana se enfrentan ante un grado alto de vulnerabilidad dado que se ubican en frontera y en la parte de la cuenca del amazonas que tiene un importante nivel de interacción social con Perú, Brasil y Venezuela.

En el departamento del Amazonas el Instituto Nacional de Salud registra 4 casos positivos en la ciudad de Leticia (corte a 19 de abril) y en el departamento del Caquetá 2 casos en el municipio de Florencia. Es importante tener en cuenta que en la amazonía colombiana habita una población indígena de 168.572 personas (DANE 2018) con una gran diversidad étnica y cultural de 76 pueblos y naciones indígenas en los departamentos de Vaupés , Guainía, Amazonas, Putumayo, Guaviare y el Caquetá.

En boletín 01 de ONIC, se logró establecer que para el 23 de Marzo la Unidad Federativa UF de Amazonas en Brasil, tenía 32 casos positivos de la pandemia, 31 de ellos en la ciudad de Manaos; para el 2 de abril, se habían incrementado los casos a 260 y para el 16 de abril se registran un total de 1719 casos positivos, 124 fallecimientos y un coeficiente de incidencia de 415/1.000.000, (más del 50% sobre el Promedio Brasil: 145/1.000.000), de tal forma esta UF se encuentra en Estado de Emergencia, al igual que la ciudad de Manaos que a la misma fecha 16 de abril tiene el tercer coeficiente de incidencia más alto de las ciudades de Brasil.

En comunicado No. 23 de la Gobernación de Amazonas y Alcaldía de Leticia del 16 de abril, menciona un Incremento de la vigilancia epidemiológica, se enuncia la toma de muestras de manera aleatoria en determinados grupos de riesgo, definidos bajo criterio epidemiológico por la circulación comunitaria del virus en los países vecinos.

Al cierre de este boletín se conoció a través de varios medios de comunicación, que médicos generales y especialistas de la Empresa Social del Estado Hospital San Rafael de Leticia denunciaron la falta de garantías para poder ejercer sin riesgo su labor, razón por la cual presentaron renuncia masiva a la prestación de servicios de salud a partir de hoy 20 de abril, denuncian que: no existen equipos de bioseguridad para el personal médico, ni para los servicios de apoyo, no existen insumos y equipos necesarios para la atención, no existe consenso frente a la ruta de prestación de servicios de pacientes en relación con la pandemia, no existen garantías de pago de la prestación de servicios, ni reconocimiento económico al riesgo biológico, tampoco hay medidas garantistas para la prestación de servicios ambulatorios e intrahospitalarios para otros usuarios y que además hay falta de apoyo administrativo frente a los requerimientos de los funcionarios; la decisión de los médicos es que atenderán sólo Urgencias Vitales y No Covid que son concebidas como Triage I.

 

CASO AMAZONÍA: la pandemia navega el gran Río Amazonas: 27 de Abril
(Boletin 19 https://www.onic.org.co/boletines-osv/3806-boletin19 )

En el primer boletín emitido por el SMT, a corte de fecha de 27 de marzo de 2020, se expuso la situación relacionada con la presencia y rápida expansión del contagio en las zonas transfronterizas, llamando la atención sobre el caso de Leticia y los datos que había disponibles sobre casos en Manaos e Iquitos, dos de los principales puertos sobre el Amazonas. Al corte de 26 de abril, la ciudad de Manaos reporta 2.678 casos, siendo la ciudad donde se concentra la atención en salud de buena parte de las comunidades de la Unidad Federada del Amazonas en Brasil, sin embargo, a lo largo del río Amazonas encontramos varias poblaciones donde se han registrado numerosos casos, los cuales generan mayor riesgo a las poblaciones indígenas en este país, que los poblados cercanos dentro del mismo.

El río Amazonas tiene la cuenca hidrográfica más grande del mundo, son 7.05 millones de kilómetros cuadrados, que representan la quinta parte del caudal fluvial de planeta. Esta realidad fluvial y en contexto de frontera, en la actual pandemia, genera nuevos desafíos para la pervivencia de los pueblos originarios por la fuerte incidencia de las actividades económicas legales e ilegales relacionados con el extractivismo, la baja capacidad a nivel de atención en salud existente en la región, el abandono institucional que ha caracterizado la relación desde el modelo de gobierno centralista hacia las regiones y la permanencia y recrudecimiento de las expresiones históricas del conflicto armado.

En virtud de todos estos factores, los pueblos indígenas del Amazonas mantienen un grado de vulnerabilidad muy alto que contrasta con la fortaleza cultural de los pueblos ancestrales que allí habitan y que bajo la orientación de los Mayores se encuentran trabajando espiritualmente para enfrentar esta situación a través de sus médicos tradicionales. Hay que considerar también la situación particular de los pueblos que han sido desposeídos de sus territorios y se encuentran en los centros poblados con condiciones difíciles o que aún encontrándose en sus territorios están hostigados o amenazadas por los actores armados.

Los médicos tradicionales y los Mayores están en constante trabajo para lograr esa ayuda espiritual que se necesita para la armonización del territorio y poder encontrar la cura. Por otro lado, el tema de la educación es preocupante porque después que fueron suspendidas las clases, los y las estudiantes volvieron a sus casas en la selva y los lugares donde se encuentran no tienen señal, y a duras penas llega la radio. La educación virtual que propone el Gobierno Nacional no es posible, en términos prácticos, en la selva. Además tienen servicio de luz algunas horas al día por lo que no hay capacidad eléctrica en los territorios más apartados.

En relación a la capacidad de atención en salud, los datos son muy preocupantes, por ejemplo en La Chorrera hay una médica, que no cuenta con medicamentos ni equipos médicos en el único centro de salud del lugar. Se han adoptado las medidas necesarias de autoprotección aunque no son suficientes para evitar la propagación del virus; cuentan únicamente con transporte fluvial y aéreo para entrega de ayudas humanitarias, insumos y alimentos.

Los reportes que llegan al SMT indican que a pesar de la orden de cuarentena, algunas embarcaciones siguen transitando normalmente por esta zona amazónica ya que las medidas no son acatadas por toda la población. Genera especial preocupación la presencia de las bases militares cercanas a las comunidades, y que registran un intenso nivel del movimiento generando una amenaza latente para las comunidades cercanas.

A la fecha, no existen protocolos bajo criterios de enfoque diferencial de atención ni de mitigación de esta contingencia en materia de salud, educación y apoyos humanitarios para la población indígena de la zona.

Se ha venido haciendo un trabajo importante frente a la ayuda internacional (Amnistía Internacional), denunciando el abandono estatal y el riesgo que esto representa para la pervivencia de los pueblos amazónicos: “El miércoles pasado, la Organización Regional de Pueblos Indígenas del Oriente (ORPIO) del Perú advirtió que teme que el descontrol en esta remota región provoque el contagio de los ticunas y los yaguas, los dos pueblos nativos que tradicionalmente han habitado este espacio fronterizo de la selva amazónica” . Existen varios casos confirmados en Leticia y en Tabatinga, lo que ha generado inquietud para las comunidades (Ticunas y Yaguas) cercanas a estos centros poblados.

“Según la COICA, que coordina organizaciones de Brasil, Colombia, Perú, Ecuador, Venezuela, Bolivia, Surinam, Guayana y Guayana Francesa, no existe un registro de personas contagiadas con el virus en los pueblos nativos.”
Finalmente, existe una sensación de vulnerabilidad mayor después de la renuncia de los médicos del hospital San Rafael en Leticia, motivada por el hecho de no contar con los elementos de bioseguridad necesarios para la atención, protocolos y equipos médicos. Se necesita con urgencia que los gobiernos de todos los países que comparten la frontera adopten medidas culturalmente apropiadas para hacerle frente a la expansión del virus y destinen inmediatamente los recursos financieros correspondientes, ya que lo que está en juego es la pervivencia física, cultural y de saberes ancestrales de los pueblos y naciones indígenas Amazónicos.


Conflictos territoriales agravan el panorama de la pandemia en la región

Sumado a toda esta emergencia, los grupos mineros, taladores ilegales, traficantes de drogas, invasores de tierras y turistas en los territorios indígenas de la zona están aprovechando el confinamiento para seguir realizando estas prácticas en varios de estos territorios, profundizando el riesgo y constituyendo en una verdadera amenaza para los pueblos indígenas el aislamiento voluntario.

Brasil es uno de los países más afectados en América Latina, que cuenta con alrededor del 60% de la selva amazónica; las políticas de Jair Bolsonaro sobre desarrollo para el país y la Amazonía Brasileña, así como para enfrentar la pandemia han sido controvertidas, incluso llevaron a la destitución y cambio del Ministro de Salud hace dos semanas. En general, el primer mandatario sigue enfocado en promover el avance de la frontera agrícola en la Amazonía y por mucho tiempo no quiso promover medidas como el aislamiento social.

Con la llegada de todo el despliegue militar anunciado por el Gobierno Colombiano, a través del documento “Consejo de seguridad virtual – Amazonas. Conclusiones” del 26 de abril de 2020 del Ministerio de Defensa Nacional, los pueblos indígenas manifiestan que la solución y manejo de la crisis para los pueblos de frontera no es la militarización de los territorios sino por el contrario el fortalecimiento de sus procesos ancestrales de gobernanza, de salud tradicional y la puesta en marcha de protocolos de bioseguridad que garanticen la mitigación de la emergencia que se vive en las comunidades.

Conscientes del riesgo, muchas comunidades han decidido migrar al interior de la selva, a las chagras que tienen al interior, buscando alejarse de zonas posibles de contagio y al tiempo poder asegurar comida para sus comunidades mientras pasa la pandemia, no obstante se hace necesario que los ojos y oídos del mundo estén atentos a protegerlas porque la selva del Amazonas es un territorio en disputa.

Un caso que ilustra la complejidad de la situación es la que vive el pueblo Nükak. El 18 de marzo, el asentamiento indígena del pueblo Nükák de Agua Bonita que residía a las afueras de la Ciudad de San José del Guaviare se movilizó hacia el municipio de El Retorno (Guaviare), estas comunidades decidieron voluntariamente adentrarse a la selva como medida de prevención ante el virus. Se movilizaron un grupo de familias ubicadas en el sector de Mata de Yuca (15 familias) y en Caño Flor (12 familias), con aproximadamente 128 personas. A través de un comunicado dado a conocer hoy 27 de Abril por la Comunidad de Juristas Akubadaura, manifiestan estar con problemáticas de salud, un niño con paludismo y síntomas gripales generalizados en la comunidad, tienen insuficiencia de alimentos ya que no hay provisión de cacería y pesca, y se agotaron los mercados que les entregaron. Cabe recordar que el pueblo Nükák es el último pueblo nómada de más reciente contacto con la sociedad occidental y que en sus primeros años de relacionamiento murió un 40% de su población a causa de enfermedades virales, como gripe y sarampión.

Las comunidades en alerta son las siguientes:

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Link para ingresar al Mapa colaborativo sobre Virus en Fronteras o Zonas Transfronterizas y unirse al Monitoreo: https://www.google.com/maps/d/edit?mid=1h94KMEdGtj5FLJjZqSVjAtYtth0mbRm7&ll=3.1100135362968464%2C-69.42774035000002&z=6