¿Quién es Feliciano Valencia Medina?: Es nuestro hijo, hermano, tío, padre, compañero, amigo y un luchador incansable

 
 
Feliciano nació hace 50 años en la vereda Vilachí, en el resguardo de Canoas, municipio de Santander de Quilichao. Es nuestro tercer hermano, somos siete hombres y una mujer, hijos de Claudio Valencia Ulcué y Fidelina Medina de Valencia.
Cursó primaria en la Escuela de la vereda El Carmen y hasta ahí llegó. Solo muchos años después, con mucho esfuerzo y decisión, logró terminar el bachillerato en el Instituto Técnico de Santander Quilichao. Desde muy pequeño nuestro hermano participó de la recuperación de tierras en el resguardo de Canoas, de la mano de nuestros padres aprendió a luchar en defensa de nuestros derechos como indígenas. Ese ha sido nuestro máximo orgullo: las raíces de la lucha y la resistencia que aprendimos de la mano de nuestros padres y madres, primeros recuperadores y fundadores del resguardo de Canoas, enseñanzas que hoy le transmitimos a nuestros hijos e hijas llevándolos de la mano por el camino del movimiento indígena.
Nuestra infancia, dura como la de todos los niños indígenas por la falta de condiciones económicas y además, siendo una familia tan numerosa, obligó a Feliciano a salir de la casa desde muy pequeño en busca de trabajo. Cogiendo café recorrió, Antioquia, Quindío, Risaralda y Caldas y conoció el Tolima al emplearse como recolector de algodón.
 
Muchos años después regresó, siendo ya todo un joven, se enamoró y organizó su primer hogar en la vereda La Aurora del resguardo Munchique Los Tigres. Estando allá nuevamente empezó a participar del proceso organizativo y durante los años noventa fue gobernador en dos periodos y desde allí no ha parado de acompañar, luchar y resistir por la comunidad.
En el año 2000 fue candidato a la alcaldía de Santander de Quilichao. Ha sido coordinador de los Tejidos de Derechos Humanos y Comunicaciones, miembro del equipo de paz de la Cxhab Wala Kiwe- Asociación de Cabildos indígenas del Norte del Cauca (ACIN) y recientemente profesor de la Universidad Autónoma Indígena Intercultural UAIIN del CRIC.
En el año 2005 recibió junto con otros comuneros y comuneras por su trabajo el título de Maestro de la sabiduría otorgado por la UNESCO. Entre los años 2007 y 2009 fue Consejero del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC).
 
Hoy Feliciano es padre de siete hijos, dos hombres y cinco mujeres. También es un abuelo dedicado y querido por sus nietos.
Además, Feliciano es un minguero y un congresista popular convencido, por eso, animó con mucha convicción la Minga de Resistencia Social y Comunitaria en 2006, 2008 y la creación del Congreso de los Pueblos en el 2010. No es otra cosa, que un caminante de la palabra.
 
El 15 de septiembre, Feliciano Valencia, a quien nos hemos referido en las líneas anteriores, fue capturado con base en una sentencia del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Popayán que lo condena a 16 años de prisión por secuestro simple y tortura al soldado Jairo Danilo Chaparral Santiago. El soldado infiltró la movilización indígena y popular de 2008 concentrada en el Resguardo Indígena de la María Piendamó. Por estos hechos y por tener elementos de uso militar estando vestido de civil, fue detenido por la Guardia Indígena y en una multitudinaria asamblea comunitaria, previa investigación, se determinó en el marco de la justicia indígena aplicarle remedio.
 
Nuestro hermano siendo Consejero del CRIC y obedeciendo la decisión comunitaria, leyó el fallo y presentó las pruebas ante la asamblea. Por haber cumplido con el mandato comunitario hoy ha sido condenado y se encuentra privado de la libertad en la cárcel de San Isidro, en Popayán.  Este hecho para nosotros significa una persecución política al movimiento indígena y sus luchas y pone en riesgo nuestra justicia indígena y el pacto político que por fin hizo esta nación con nosotros los pueblos indígenas en 1991 para el reconocimiento de nuestros derechos.  Además, este suceso no es aislado, hace parte de una serie de persecuciones políticas que en el último tiempo se han ceñido contra diferentes líderes y lideresas del movimiento social y popular de este país.
 
Aunque algunos medios de comunicación, sectores de la élite política y del aparato de la  (in)justicia colombiana  y en particular del departamento del Cauca, se han referido a Feliciano como un terrorista, un maltratador y una persona peligrosa para esta sociedad, nosotros como su familia queremos decirle a la opinión pública que no es así.
Feliciano, como todos y todas, ha tenido comportamientos cuestionables que nuestras autoridades han corregido en su momento. Pero ninguna de sus actuaciones ha tenido que ver con los crímenes por los que hoy se le acusa injustamente, se le condena y priva de su libertad.
 
Desde niño, Feliciano ha estado inmerso en la lucha y defensa de los derechos indígenas. Antes de que las acusaciones mal intencionadas y los fallos de la justicia ordinaria, sigan distorsionando quién es Feliciano, nosotros, como familia lo respaldamos y nos sentimos orgullosos de  él y de su trabajo.
 
Toda la familia nasa Valencia Medina, por años, hemos sido y somos parte de la organización indígena, de los cabildos del norte del Cauca, de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca y del Consejo Regional Indígena del Cauca.  Hemos decidido como opción de vida, ser parte del movimiento indígena y por eso seguiremos luchando por un país con mejores condiciones para todos y todas. No descansaremos hasta lograr que nuestro hermano Feliciano Valencia vuelva libre al seno de su familia, de su comunidad y de la organización indígena.
 
Desde el momento de la captura de Feliciano somos conocedores de todos los comunicados, mensajes y acciones de apoyo a nuestro hermano y al movimiento indígena por parte de diversas organizaciones, líderes y lideresas, políticos,  intelectuales, amigos y amigas. A todos y todas, solo queremos expresarles nuestro profundo agradecimiento, sabemos que Feliciano también piensa así. Por fortuna, en tiempos difíciles, en tiempos de una “paz” que persigue al movimiento social y popular, nosotros nos sentimos acompañados de tantos que se encuentran en nuestras luchas y nosotros en las suyas.
 
 
Familia Valencia Medina, pueblo nasa del Norte del Cauca.
Septiembre 19 de 2015.