Álvaro Ulcué Chocué, un indígena que defendió el derecho a la tierra para los Nasas

Álvaro Ulcué Chocué

 

“A los jóvenes los invito a que piensen fuertemente todos los días sin cansarse. No olvidemos que los paeces siempre vencimos ante los conquistadores, esto nos enorgullece para seguir adelante y no tener miedo a la muerte. Por eso, yo invito a que ustedes piensen y que sean valientes. Si son verdaderos paeces, deben resaltar este valor donde estén ustedes. Ojalá, no les dé pena ser indígenas”: Álvaro Ulcué Chocué.

Mensajes como este marcaron el derrotero existencial de Álvaro Ulcué Chocué, el primer sacerdote católico de origen indígena que hubo en Colombia. Aunque han pasado treinta años de su muerte, su lucha en defensa de la autonomía, cultura y dignidad de los Pueblos Indígenas del norte del Cauca se mantiene vigente en la actualidad.

La Organización Nacional Indígena de Colombia – ONIC resalta el legado que éste líder indígena dejó a las actuales y futuras generaciones, mandato que se tradujo durante su vida en una lucha por enseñarle a sus hermanos la necesidad de articularse a procesos de organización, educación, defensa del territorio y todos los ideales que aún enarbolan los pueblos y organizaciones indígenas de Colombia.

Álvaro Ulcué nació en el resguardo Nasa de Pueblo Nuevo, en Caldono (Cauca). Hijo de María Soledad Chocué Peña y José Domingo Ulcué Yajué, sólo pudo ingresar a los 11 años a la Escuela Mixta de Pueblo Nuevo, colegio orientado por misioneras de la Madre Laura. Gracias a una beca, pudo culminar su educación primaria en el Internado Indígena Indocrespo, en Guadarrama (Antioquia) y pasó luego al Seminario Menor de Popayán, donde tuvo que retirarse porque sus padres no tenían el dinero para sostenerlo en el claustro.

Después de trabajar como maestro en San Benito Abad (Sucre), regresó a su resguardo en Caldono. Gracias a las medias becas que le otorgaron en la Arquidiócesis y las madres  Lauritas, pudo regresar al Seminario Menor de Popayán para terminar sus estudios de Filosofía, viajando posteriormente a Ibagué para cursar estudios de teología en el seminario. Fue ordenado sacerdote el 10 de julio de 1973 en la ciudad de Popayán, y la primera celebración eucarística la celebró en Pueblo Nuevo, ante miles de sus hermanos nasas.

Ulcué Chocué siempre manifestó su inconformidad con el sistema estatal con frases como:

El Gobierno siempre se pone de parte de los poderosos defendiendo sus intereses, pero los intereses de los pobres los tiene que defender la propia comunidad organizada”.

Que el niño analice, que no trague todo. Enséñeles a leer y no a firmar su propia suerte. Aprender a leer, atreverse a pensar es empezar a luchar. Sólo es libre el que sabe a dónde va”.

La verdad es que cuando la llaga es ajena no se siente, pero cuando es propia duele mucho”.

Invito a los cristianos y a los demás compañeros indígenas para que levantemos nuestra voz de protesta y condenemos estos hechos como contrarios a la Ley de Dios”.

Su forma de pensar, el accionar permanente y decidido en defensa de los derechos de los Pueblos Indígenas y sus sermones que resultaban incómodos para las esferas del poder, allanaron el camino a su asesinato el sábado 10 de noviembre de 1984, cuando su ‘Proyecto Básico de la Comunidad Nasa’ se había constituido en un estandarte de lucha para los Pueblos Indígenas del Cauca y el país.

Al conmemorarse treinta años del cobarde asesinato de Álvaro Ulcué Chocué, la Organización Nacional Indígena de Colombia – ONIC extiende un llamado respetuoso a las nuevas generaciones, organizaciones y colectivos sociales para que se honre la memoria de un Nasa que siempre enarboló las banderas en favor de la autonomía de los Pueblos Indígenas, en contra del despojo y de las manifestaciones violentas en sus territorios.

Álvaro fue un profeta, que con voz clara denunció públicamente los atropellos y las injusticias que sufrían sus hermanos indígenas por parte de terratenientes que habían usurpado sus tierras ancestrales”.

 

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