En la Orinoquía avanza la Escuela de Formación Indígena Política de la ONIC - EFIN

por Soporte

#SomosONIC cultivando la Unidad, Territorio, Cultura y Autonomía.

La Escuela de Formación Indígena Política de la ONIC – EFIN, desarrolla su accionar en la Orinoquía colombiana, con las organizaciones ASCATIDAR y ORIC, con varias jornadas que implica intercambio de escenarios territoriales, como parte de la estrategia de reconocimiento de lo propio y de otros procesos organizativos.

La primera jornada de cinco establecidas este año, se llevó a cabo en el Resguardo Caño Mochuelo con participación de delegados de la Organización Regional Indígena de Casanare – ORIC y de Arauca – ASCATIDAR, cuya distancia en carreteras destapadas y agrestes en tiempo de invierno es mínimo de 12 horas, pese a ser una región con tradición de explotación minera.

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La segunda jornada, del 6 al 8 de Junio, se lleva a cabo en la ciudad de Fortul departamento de Arauca, con participación de ocho Pueblos Indígenas de esta región, a partir de la valoración de la pedagogía propia o comunitaria que parte de la Vida y las particularidades del Territorio, y con ello el contexto socio económico en el cual hoy perviven los Pueblos originarios. Por lo que en esta región se vuelve al Origen, con la reflexión de ¿cómo se cultiva y fortalece el Gobierno Propio en los pueblos con espíritu nómada y seminomada como los Sikuani, Saliva, Yamalero, Chiripo, Amorua, Yaruro, Wipiwi, Wamone, Masiguare y Piapoco, en Casanare y Uwa, Sikuani, Makaguaje, Hitnu, Betoy e Inga en Arauca.

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Estas particularidades lleva a la EFIN a repensarse permanentemente cada paso de su cultivar como por ejemplo, sobre Territorio y Sitios Sagrados, cuando los Pueblos conciben todo el territorio como Sagrado; vivienda, comunicación, soberanía alimentaria, entre otras temáticas se abordarán en las tres jornadas de este año, en estos dos departamentos de la Orinoquía Colombiana.

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A propósito de este tejer de la Vida, compartimos aporte sobre Resguardo de Caño Mochuelo, escrito a dos manos entre el hermano de la nación Saliva: *Luis María Guacarapare* y Armando Wouriyú Valbuena G.

“El resguardo Caño Mochuelo, creado en 1983, tiene una extensión de 94.600 hectáreas, allí viven los pueblos nómadas: Sikuani, Saliva, Yamalero, Chiripo, Amorua, Yaruro, Wipiwi, Wamone, Masiguare y Piapoco residentes en 14 comunidades, territorio ancestral hoy bajo el dominio de la república, en el departamento de Casanare, municipio Hato Corozal, viven en armonía con los ríos Ariporo, Aguas Claras, Aguas Claritas, Casanare y Meta.

*Son pueblos milenarios y ancestrales, cuya actividad económica es la cacería, recolección y pesca, aquí están las bases de la adquisición de nutrientes en el sistema alimentario*.

Sus territorios ancestrales han sido ocupados por la ganadería extensiva, y obligados a la sedentarización, la castellanización y el cristianismo.

El resguardo, propiedad privada de carácter colectivo, tiene 3000 habitantes (aprox) y sus tierras en la mayor parte son altamente salinas.

Las condiciones sociales, económicas y políticas no son nada agradables en el proceso de sedentarización en que se viven.

De ahí que hoy más vigente que nunca, Unidad, Territorio, Cultura y Autonomía, son los principios básicos y fundamentales para recuperar la dignidad de la vida nómada a que se tiene derecho.

Ser nómada, es un derecho reconocido en el Marco de los derechos humanos que hacen parte del Bloque de Constitucionalidad, entre ellos el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo - OIT.

Hermanos de todos los pueblos milenarios y/o ancestrales, es por el espacio territorial que ocupamos que nos asesinan, amenazan, confinan y mediante el mecanismo de exclusión social, de políticas de Apartheid, que se comete el delito de genocidio.

Estamos en un escenario difícil, en donde se consolidan nuevos imperios, y fenece el imperio que nos tiene dominado en estos dos siglos.

Es hora de levantar la cérvix, para que en el ejercicio dialéctico por la libertad comprendamos la necesidad de la unidad, unidad para la vida de los territorios y la vida también.