Reparación y lucha contra el racismo y la discriminación

por comunicaONIC

Pilares para la No Repetición de violencias contra los Pueblos Étnicos

Por Prensa CODHES

En Bogotá, los pasados 17 y 18 de julio, autoridades afrodescendientes e indígenas de Boyacá, Cundinamarca, Norte de Santander, Santander y Tolima -departamentos que componen la Región Macro Centro Oriente-  participaron de la tercera jornada de los Diálogos Interétnicos para la no repetición, un espacio impulsado por la Comisión de la Verdad y la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento -CODHES, con apoyo de la Unión Europea. Estos diálogos, liderados por la Comisión Étnica para la Paz y los Derechos Territoriales, tienen el propósito de integrar las voces y cosmogonía de los Pueblos Étnicos, su saber y experiencias, en la construcción de recomendaciones de garantías de no repetición y no continuidad del conflicto y la guerra, como sobrevivientes de este y gestores de paz integral en sus territorios.

Según el último censo del DANE (2018), la Macro Centro Oriente es la región más poblada del país con un total de 15.694.454 personas, representando el 35.54% de la población nacional. Los registros de esta institución señalan que  1 de cada 100 personas en esta región pertenece a un Pueblo Étnico: 114.389 afrodescendientes, 86.219 indígenas, 1.425 Rrom, 1502 raizales y 401 palenqueras. No obstante, según ha denunciado el Movimiento Negro, Afrocolombiano, Raizal y Palenquero del país. En este censo se evidenció una dudosa reducción estadística de las personas de estos pueblos, una invisibilización de más de un millón de personas a nivel nacional.  Una de las acciones que incidió en este subestimado resultado – como presenta el Comité de Expertos del Censo Nacional de Vivienda y Población 2018- es la tendencia por parte del censista de aplicar según su criterio el autorreconocimiento étnico sin pregunta previa, esto especialmente en las grandes ciudades como Bogotá y Barranquilla, y en departamentos como Cesar, Valle y los Santanderes. 

Durante los Diálogos Interétnicos, las autoridades étnicas hicieron hincapié en la revictimización que padecen, en primer lugar como víctimas de conflicto armado, en particular bajo el Desplazamiento Forzado y  posteriormente en escenarios recurrentes de discriminación en los centros urbanos por parte de la población civil y/o por funcionarios públicos. La no repetición de violencias involucra un reconocimiento de los Pueblos Étnicos tanto en la ruralidad como en los distintos centros urbanos, reparar y no reducir su pertenencia a determinados territorios periféricos y tomar acciones institucionales de lucha contra el racismo. Cuando se considera a otra persona inferior y se le deshumaniza, es cuando excluirla, violentarla y discriminarla en múltiples formas se vuelve insignificante y naturalizado, por tanto, repetitivo. 

El Sistema de Información de CODHES reporta 145 casos de desplazamientos forzados masivos y múltiples en la macro centro-oriente para el periodo 2010-2020, 139 de ellos ocurrieron en el departamento de Norte de Santander (95,86%). El total de víctimas en la región para el mismo periodo es de 41.032, 40.752 de ellas en el departamento de Norte de Santander (99,3%). La afectación étnica se ha concentrado en la población Indígena motilón-barí toda vez que al menos 163 indígenas fueron víctimas de Desplazamiento Forzado en la región para el periodo mencionado.  Bogotá y Soacha son ciudades receptoras de personas desplazadas forzosamente de diferentes regiones del país en búsqueda de oportunidades. 

Las autoridades étnicas presentes en el encuentro hacen un llamado a las siguientes medidas:

  1. 1. Cumplir y garantizar las leyes que salvaguardan los derechos de los Pueblos Étnicos (Ley 21 de 1991, Ley 70 de 1993, Decretos Ley 4635 y 4633 de 2011, etc).
  2. 2. No discriminación y reconocimiento como ciudadanos y ciudadanas en los centros urbanos y territorios rurales. 
  3. 3. Implementación de todos los puntos del Acuerdo Final de Paz.  
  4. 4. Proteger a las comunidades, sus liderazgos y defensores de derechos humanos, así como el fortalecimiento de las medidas de autoprotección, incluidas las guardias étnicas. 
  5. 5. Sanidad espiritual de los territorios, reconstrucción del tejido social y reparación integral. 
  6. 6. Construcción conjunta entre comunidades y agencias estatales de programas en educación en derechos humanos y acompañamiento psicosocial. 

‘Sin garantizar el derecho a la vida, la integralidad del ser humano dentro de los territorios, el estar donde queramos estar, la canonización del territorio frente a los daños y hechos victimizantes, se prolongará el conflicto armado”  expresó Anyela Guanga , lideresa afrocolombiana.  Por otra parte, es esencial  el cumplimiento de los derechos la consulta previa y a la objeción cultural, vemos como han habido alianzas turbias que atentan contra nuestras comunidades. La no repetición es que no existan esas alianzas’ expusó una lideresa Motilón-Barí. 

Las recomendaciones construidas en este espacio son un aporte de los Pueblos étnicos de la Macro Centro-Oriente al Informe Final Étnico de la Comisión de la Verdad y la construcción de una paz estable y duradera en la región.