‘Perspectivas Políticas y Legislativas de los Diálogos en La Habana desde una mirada indígena’

FOTO LUIS EVELIS

Foro Nacional de Paz de los Pueblos Indígenas ´Cuenten con nosotros para Paz, nunca para la guerra´ (Panel 1)

Por: Luís Evelis Andrade Casamá

Senador MAIS – Movimiento Alternativo Indígena y Social

Vicepresidente Comisión VII de Senado

En el marco de la Asamblea Constituyente del 91, los Pueblos Indígenas participaron con unos objetivos claros: Su visibilización como pueblos, incluyendo la visibilización de los demás grupos étnicos colombianos; Políticas de reconocimiento, y la inclusión de un marco de derechos, los cuales quedaron plasmados en más de una veintena de artículos del texto constitucional.

La participación de los indígenas en la redacción de la Carta Magna trajo consigo unos elementos adicionales: la concepción de un Estado Multiétnico y Pluricultural, y la reafirmación de la vocación de los indígenas como constructores de paz, que reivindicaron desde un primer momento su visión de autonomía territorial y la intención de mantener sus territorios al margen del conflicto, sin que ello significara que los Pueblos Indígenas eran ajenos al mismo.

Infortunadamente, ese marco de derechos plasmados en la Constitución del 91 se fue diluyendo hasta convertirse en un “estado de cosas inconstitucionales”, tal y como lo ha venido expresando la Corte Constitucional en sus fallos.

Surge entonces la pregunta: ¿Cómo construir la paz en un país que no tiene la capacidad de materializar el marco de derechos contemplados en la Carta Magna?

Peor aún. Los Pueblos Indígenas han constatado una política sistemática de desmonte de derechos durante los últimos gobiernos. El más reciente y diciente, el tema de la Consulta Previa para los componentes de minería y calentamiento global en el Plan Nacional de Desarrollo que actualmente cursa en el Congreso.

Grosso Modo, las razones para alcanzar la paz son las mismas por las que se inició el conflicto. El desarrollo de una política social que acabe con la inequidad en Colombia. Pero todos sabemos que el reto de terminar con la guerra tiene más elementos que el simple diseño de una política de paz que incorpore un gran componente social.

Uno se pregunta entonces, ¿Qué es lo que está en juego en un proceso de negociaciones como el actual? y ¿Cuál es el rol de los Congresistas en este proceso?

Como Congresista Indígena, que defiendo los intereses de los grupos étnicos en el Congreso, no me cabe duda que el proceso de negociación con la guerrilla, así como el proceso del postconflicto, nos plantea la necesidad de una acción legislativa que refuerce el catálogo de derechos de los indígenas, de las comunidades negras, del pueblo ROM y de la sociedad en general.

Temas como la Reforma Agraria y el manejo del renglón económico minero-energético en Colombia, abren camino a una serie de interrogantes que muy seguramente tendrán en los Pueblos Indígenas y el sector campesino a los principales afectados por un desmonte de derechos, a partir de un marcado modelo de desarrollo neoliberal.

El proceso que generará el tratamiento de excombatientes indígenas y afrodescendientes, es una tarea difícil que implicará el diseño de políticas de reinserción que vayan de la mano con la diversidad regional que entraña el origen de cada uno de los desmovilizados.

Me pregunto de nuevo: ¿Qué aspectos encierra acabar con el conflicto?

Los procesos de negociación que incluyan la desmovilización de los combatientes y la dejación de las armas, son sólo la cuota inicial de este complejo proceso.

Legislar sobre la PAZ es desarrollar iniciativas para la inclusión social, generación de oportunidades laborales que contribuyan a cerrar las brechas que nos han convertido en uno de los países con mayor inequidad en el mundo.

La Nación colombiana, incluyendo todo su aparato institucional, girará en torno a un gran interrogante que se desprende de las situaciones previas a un proceso de diálogos que ha tenido muchos bemoles: ¿Será la apertura de espacios una verdadera garantía para la construcción de condiciones sociales para todos los colombianos?

Mientras que el proceso de La Habana acaba de culminar su ciclo número 32, más de 40 millones de colombianos y colombianas se mantienen a la expectativa por los resultados de una tarea que afectará de manera directa el devenir político, económico y social de un país que se cansó de soportar una guerra sin sentido.

Nota: Al final concluyó en su intervención en el Foro Nacional de Paz de los Pueblos Indígenas ´Cuenten con nosotros para la Paz, nunca para la Guerra´, que debemos aunar esfuerzo para transformar este país movilizando consciencia, si no se puede en el escenario del Congreso o con una constituyente, preparémonos para legislar desde las calles.

Contacto:Luis Evelis Andrade Casam,314-2950243,Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.